Poema de Marcelino Menéndez González













ANSIEDAD INESPERADA


Me hiende la espesura del tiempo
en ese viaje por los muchos caminos que surgen,
en busca y en espera de encontrar lo mejor
pero, sin dejar de ser uno mismo.

Y desenmarañando los hilos de los acontecimientos,
llegué a percibir esa fragilidad de la esperanza
cuando muere antes de nacer; aprendí que el eco
no es capaz de devolverlo todo y que cada vez
que llueve, escampa; aspiré el aroma de los pinos
a resina y encontré mis propios ojos en el espejo,
mirándome tan fijamente, que me generó
una inquietud y un desasosiego,
con el que me asomé al temor y al miedo.

Y parecía entonces, como si tuviera que ocultar
lo que me hace sufrir, mientras no deje de sentir
que se haya marchado la tristeza.

Vivo la sensación de estar incursionando sin pensarlo
y sin quererlo, en un espacio que me es ajeno y donde
no veo caras, ni ojos y sólo siento vibraciones
y percibo propósitos, donde surgen vivencias pasadas
capaces de tratar de hacerme sentir diferente.

Quiero disiparlo todo, pero no funciona;
mi boca enmudece, mis manos no hablan y nada
en esta ansiedad inesperada, es capaz de detener el tiempo.

Marcelino Menéndez González