Colaboración de Adelaida Díaz Gálvez











LOS VIAJES


Decía Dino Basile: El viaje perfecto es circular: de la alegría de partir a la dicha de regresar.
Ahora que muchos se deciden a viajar hay una frase en la que todos teníamos que pensar. Para los precavidos no hay por si acaso tenemos que detestar esa frase si acaso yo hubiera hay que pensar en positivo y cumplir todas las reglas del buen viajero. Ahora que las estadísticas de coches y por inoportunas situaciones procurar no enrolar la lista de tantos perjudicados.
Pensemos y procuremos que vamos a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Lo primero encomendarnos a Dios y como decía Víctor Hugo una opinión muy acertada: Que cada vez que descubrimos en nuestros viajes un nuevo lugar es como un nacimiento en nuestro sentimiento en nuestros conocimientos en nuestra memoria
¡Que delicia es descubrir esos desconocidos mundos esas sabidurías trasmitidas generacionalmente ese sentirse dueño de todo lo creado!
Es también morir un poco en cada despedida acumular anécdotas vivencias tristezas ... en las despedidas descontroladas y alegrías en las llegadas.
Y el regreso repleto de nostalgias de maletas asfixiadas de mapas recuerdos fetichismo y alguna aventura son tatos los recuerdos con los que poder dialogar con la memoria
Y llegamos de nuevo a la ciudad caminamos con tantos anónimos solitarios viendo de nuevo las rutilantes calles con sus vallas publicitarias
Quisiéramos regresar de nuevo a esos lugares que retenemos y conservamos como son los museos los teatros los ríos. El trinar de la aves las extrañas mariposas revoloteando entre las dalias y escuchar el aire que parece recitar poesías.
Beber la belleza plasmada al despuntar el alba y esos árboles múltiples en las laderas de los caminos luciendo flores como capa de armiño. Y ver a la familia es algo tan grandioso que con nada se puede comparar. Solo Dios hace feliz al hombre con tantas bellezas y vivencias.
Lamento a veces sentirme invadida por mis emociones sin control sin poder evitar el llanto en mis desbordantes alegrías.
Qué incomprensible es la indiferencia de algunos humanos y cuantas veces me comunico con esos desprotegidos seres que tanto agradecen una caricia sobre su lomo. He hablado con esos centenarios árboles con esas flores que jamás segaría su vida aunque ellas me lo permitiera.
¡He disfrutado tanto en los viajes! me he adentrado en las bóvedas de los riscos. He disfrutado tanto de la contemplación de esas mantas de girasoles de esos campos rojos de amapolas de esas lluvias de blancas flores sobre las praderas ,¡me extasiado de tanta belleza! como da la naturaleza.
Muchas veces me entristece lo poco que valoramos la esclavitud de esos hombres observando su labor tan resignada ¡todo es tan bello! las gentes todos los lugares que jamás olvidaré. Y pienso como Ramón y Cajal confieso que me entristece siempre las despedidas y sobre todo la de las personas bondadosas a las que no he tenido la fortuna de conocer plenamente.

ADELAIDA DIAZ GALVEZ
a-diaz@hotmail.es