Colaboración de Manuel La Parra Ripio











DE LAS CORTES DE ARAGÓN


Lo de Aragón y el proceso de partición, que de los hijos hablamos, da con el reparto en igualdad, uno de los muchos derechos que caerán en manos masculinas. Entiendo que es justo.
Ahora bien, como la infanta o el infante tenga que aguantar “influencias” familiares de unos y de otros, con espacios de tiempo mayores, tanto infante como infanta terminaran locos. Más aún, cuando ya de por sí tienen bastante con el trauma de todo lo que conlleva la separación; antes enfadados, desprecios y caras largas, quizá con gritos de mala contestación. Mas tarde ver la sustitución en el género ajeno, acostarse con la doña o al don, y sentir las risas de “otros” dos, en pleno juego del amor “sintético” a los ojos de tal menor.
El que ante tanto reparto se siente él con menos valor, aunque unos y otros le quieran engatusar con nimiedades, cuando ¡antes! era el rey de la casa, mimado a dos bandas con besos de “aquellos” dos. Su madre y su padre, biológicamente hablando. Siendo hoy en tal presente, monigote indiferente del “hoy para mí, mañana para ti”…
Claro que ante la “inactividad” matrimonial y sus responsabilidades a dúo, la salida de los “dos singles” cortos de paciencia, recurrirán sus egoísmos a los abuelos, para irse de juerga y otros ocios, los “dos”, él y ella. Perdiendo los papeles, y si esto ocurriere, ella más que él, simplemente por ser mujer. Le guste o no a la “consejera” sea o no madre de ella o de él. Entrará en el papelón de suegra, ya que el suegro en todos los casos, ni pincha ni corta.
Una generación se divierte con la responsabilidad de la otra generación que se entristece, pero cargará a sus espaldas nuevo hijo –nieto o nieta- aunque esta vez con más años encima y puede que con más paciencia, pero con más blandura en la educación, por aquello de no ser ni padre, ni madre, sólo abuelos. Más aún, cuando la educación y los derechos del menor, están haciendo polvo a la misma educación. A ésa que decía, trátame de tú, que soy más amigo que profesor (recto)… Pero claro también tenemos que ciertos abuelos hoy, decían a sus vástagos, “somos como amigas o amigos”. Y eso ha dado al traste con el respeto mutuo que se debe de hijos a padres y viceversa. ¿Porqué?... muy simple, porque nos han acobardado y se han magnificado ciertos abusos a menores infantes y jóvenes, metiéndonos a todos en la misma “pelota” televisiva, sin tener en cuenta que con una justicia en condiciones (el que la hace que lo pague) su aplicación sería en hechos concretos y puntuales, sin tener que ¡globalizar!, como si todos los adultos, padres y madres, fuésemos abusadores de una índole o de otra. Aparte ya de las aberraciones, que tendrían que estar pagadas ¡por lo menos!, con cadena perpetua.
Pero a lo que íbamos de los abuelos. Éstos, por la paridad del reparto igualitario, harán encajes de bolillos para atraerse, o no, al infante sacrificado por el liberalismo de una opinión extrema en el derecho de igualdades. Y no digamos de los propios padres, éstos harán puntillas, las que atractivas, darán al infante o menor, demasiados vuelos y considerados tratos que él no dará a segundos y terceros, al menos que todos jueguen limpio. ¡Lo cual me extraña!. ..
Y esto es lo que hay, muestra de una democracia venida del “norte” sea de Europa o de América. Imponiéndose los “neandertales” a los “Sapiens”, aunque al final no sepamos quines son más bárbaros, si los que fijaron las reglas o los que las copiaron.
Lo esencial ha sido el confundir responsabilidad con libertades, cargando éstas últimas como devenir del materialismo de congresistas y diputados, por la gracia democrática de un señor adelantado en promesas con “delantal” o por su justicia de “ojos vendados”. Y claro está, el que no quiere ni mancharse ni ver, no siente ni padece. ¡Todo sea por la libertad!... ¿del voto? .
¡Eso sí!, sin ahorrar un euro que hay que vivir al día y con hipoteca, para que haya movimiento bancario. ¡Claro! Luego pasa lo que pasa, que no hay para pagar el mantenimiento del infante o del menor. Y si a esto le agregas los fallos políticos en economía, y no ahorramos siquiera un “diez por ciento” del salario o los ingresos, entonces, ¡sólo entonces!, se dan cuenta de que quieren ser salvajes, naturalmente hablando. Pero con la diferencia de no tener un “credo”, porque este es una pesada obligación moral, dispuesta para no sentirse ninguno de los tres, realizados…
El problema es ¿Qué tendencia sacará el crío/a en cuestión?, después de tanto lío familiar y autonómico… de unas “Cortes” de Aragón. ¡Piensen!. Que el que más y el que menos pedirá traslado a…
Manuel La Parra Ripio